Llegué a tu encuentro, nerviosa, ansiosa y deseosa de tenerte cerca, con tu voz firme y contundente me dijiste que me desnudase quedándome sólo con las medias y los guantes, te acercaste a mi lado y sin apenas tocarme, me tapaste los ojos con un pañuelo de seda..
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Me sentí excitada, me sentí presa de tu cuerpo sin apenas tocarme, ese poder que desprendes sobre mi persona, con tu virilidad, con tu fortaleza y con tus palabras..
Me ordenaste que paseara ante ti, para mostrarme por completo para ti y con mis nervios, mis ansias y mi vergüenza, hice lo que me ordenabas, me moví sensualmente, contoneando mi cuerpo, para que me vieras bien cada parte de mi cuerpo, la situación para mí era muy excitante, porque ante tus ojos estaba totalmente expuesta y en mi oscuridad sentía el aroma de tu cuerpo, que por ahora estaba lejano a mis manos..
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Me senté en el suelo y ante ti abrí mis piernas, mostrándote sin recelo, cada rincón de mi sexo, sentí tus pasos, como venías a mi encuentro, como tus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, haciéndome jadear de deseo, tus manos acabaron apoderándose de mi sexo, acariciándolo con tus dedos, tocando en el punto exacto que sabes, mi cuerpo se eriza y se estremece y así sin darme tregua acelerando el movimiento con tus dedos, en un sin fin de jadeos me sentí prisionera de los orgasmos que con tus manos me ofrecías sin descanso.
Y así exhausta de deseo, me dejaste junto a ti acurrucada y sabiendo que mi placer siempre estaría en tus manos..
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Me sentí excitada, me sentí presa de tu cuerpo sin apenas tocarme, ese poder que desprendes sobre mi persona, con tu virilidad, con tu fortaleza y con tus palabras..
Me ordenaste que paseara ante ti, para mostrarme por completo para ti y con mis nervios, mis ansias y mi vergüenza, hice lo que me ordenabas, me moví sensualmente, contoneando mi cuerpo, para que me vieras bien cada parte de mi cuerpo, la situación para mí era muy excitante, porque ante tus ojos estaba totalmente expuesta y en mi oscuridad sentía el aroma de tu cuerpo, que por ahora estaba lejano a mis manos..
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Me senté en el suelo y ante ti abrí mis piernas, mostrándote sin recelo, cada rincón de mi sexo, sentí tus pasos, como venías a mi encuentro, como tus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, haciéndome jadear de deseo, tus manos acabaron apoderándose de mi sexo, acariciándolo con tus dedos, tocando en el punto exacto que sabes, mi cuerpo se eriza y se estremece y así sin darme tregua acelerando el movimiento con tus dedos, en un sin fin de jadeos me sentí prisionera de los orgasmos que con tus manos me ofrecías sin descanso.
Y así exhausta de deseo, me dejaste junto a ti acurrucada y sabiendo que mi placer siempre estaría en tus manos..
© AriaDna
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