….en mi piel chupando mi sal, bebiendo mi caliente humedad, mis muslos se abren para ti en un arrebato de deseo insaciable que me llena de ti, tu lengua en mis labios lamiendo mi deseo estremece mis gemidos que se asfixian por salir del fondo de mi garganta en un acto reflejo de placer, siento, gimo y deseo tu piel...tu calor y tu olor de hombre en mi esencia de mujer...necesito tu pasión desbordante cuando me amas enardecido por el éxtasis al oírme gemir mi orgasmo mientras tu lengua saborea la flor de mi deseo…

18.11.12

Si pienso en el deleite de mis ojos, de mi boca, de mi piel... debo decir que tu carne hombre me extasía, me perturba... así como es, suave... así como se pone... húmeda... así como se huele, aromatizada en sal y masculinidad, así como se siente... elástica... erizada piel afuera, enardecida piel adentro. Tu carne... humanidad plena... Mojada por el rocío de mis mieles y tus ganas, como caricia de llovizna... Encendida... como llama que no se apaga... Y así me tienes, hombre de carne y piel... de ardor en las entrañas. De olor en cada resquicio, por donde mi piel se vacía y recarga de tus ganas. Entonces lo sé, me gusta oler a tí... saber a tí... correrme por tí... Porque aún cuando no estás, me derramo desde mi carne a la tuya, desde mis dedos a tu imágen... a tu deseo de mí... de unirnos y que la humedad del calor nos funda.
© AriaDna»