En la soledad de mi cuarto, siento que tu presencia deambula, es para mí el más dulce de los espantos. Tu sombra noche a noche, se recuesta a mi lado y se lanza sobre mí, sin que yo permiso le haya dado. Me atrapa y una vez en tus brazos siento que me has dominado. Tus manos me acarician haciendo el recorrido por mi añorado. Se deslizan por mi cuello bajando impacientes hasta mis senos que responden de inmediato y se erectan alborozados; continuas tu vagar por los caminos soñados, mis piernas se abren muy lento buscando darle paso a tus impulsos, esos que me hacen vibrar y que al contacto con tu piel liberan mi placer aletargado. Mientras con tu lengua dibujas mi silueta, siento tu saliva caliente, se asemeja a la llama que emite un volcán ardiente, en ese preciso instante siento una lucha interna que desea que llegues hasta mi sexo y que sacies tu sed en el oasis de mi desierto y me dejes seca, lo tengo guardado para ti, se que de ello estás sediento!! No sé si en ese divino momento alucino, solo sé que tu sombra llega cada noche y me hace el amor como solo tú lo sabes hacer, con maestría y derroche.

© AriaDna»